El objetivo israelí y la campaña de Hamás: una semana para distribuir ayuda en Gaza

Durante la última semana, siguiendo instrucciones del escalafón político y por recomendación de las FDI, tres de los cuatro centros de distribución previstos en Gaza comenzaron a funcionar. Estos centros, gestionados por la Fundación Humanitaria Americana para Gaza (GHF), han desplegado a cientos de trabajadores de distribución, coordinadores, conductores de camiones y personal de seguridad para entregar paquetes de alimentos a los residentes de la zona de Rafah (Tel al-Sultan y el corredor de Morag) y al sur del corredor de Netzarim, en el centro de Gaza.
Incluso ahora, Israel se niega a comentar la financiación de esta iniciativa liderada por Estados Unidos, que está dirigida por la Oficina del Primer Ministro y su secretario militar, el general de división Roman Gofman, con la exclusión total del Ministerio de Defensa y el COGAT (Coordinador de Actividades Gubernamentales en los Territorios).
En los últimos días, las autoridades israelíes se han negado a proporcionar detalles sobre la financiación de la empresa estadounidense, el pago de los salarios de los trabajadores o la financiación del contenido de los paquetes de alimentos, que podría proceder del dinero de los contribuyentes israelíes.
Israel afirma que los centros de distribución establecidos son capaces de atender a 1,2 millones de habitantes de Gaza mediante la distribución semanal de paquetes de alimentos a las familias. La distribución la lleva a cabo personal estadounidense, siguiendo instrucciones del jefe del Estado Mayor de las FDI, Eyal Tamir, y no directamente los soldados de las FDI, que protegen los lugares desde la distancia. El sistema de defensa tiene previsto establecer cuatro centros adicionales.
VIDEO Según fuentes israelíes, el plan se basa en dos ideas fundamentales: en primer lugar, cortar la ayuda a Hamás; en segundo lugar, separar a la población de Gaza de Hamás.
El objetivo final es dañar gravemente la capacidad de gobierno de Hamás y separarlo de la población civil, bajo la creencia de que el pueblo ya no lo necesita.
Israel afirma que el programa tiene por objeto crear una situación en la que los residentes de Gaza acudan a un centro de distribución y reciban la ayuda directamente, sin la intervención de Hamás. Al no controlar Hamás la distribución de la ayuda, su capacidad para gobernar y controlar el suministro de alimentos se ve reducida. Con el tiempo, esto podría reducir sistemáticamente la dependencia de la población civil respecto a Hamás.
En los últimos meses, fuentes israelíes afirman que Hamás ha llevado a cabo una campaña propagandística cínica y falsa contra el plan, alegando que se trata de una conspiración israelí destinada a «desarraigar» a la población de Gaza. Hamás ha intentado incitar a los residentes contra la iniciativa de distribución. Tras el anuncio de la apertura de los centros bajo la supervisión de la empresa de seguridad estadounidense, Hamás tomó medidas para intimidar a los residentes, incluyendo amenazas y bloqueos de carreteras destinados a impedir el acceso a los centros. No obstante, los responsables de seguridad afirman que los residentes acudieron en masa a los centros a pesar de los esfuerzos de Hamás por disuadirlos.
En los últimos días, decenas de miles de habitantes de Gaza llegaron a los centros, donde se distribuyeron 35.000 paquetes de alimentos, cada uno de ellos suficiente para una familia durante cinco o siete días.
En la actualidad, la ONU —que se supone que es un actor clave en los esfuerzos humanitarios y responsable de complementar la ayuda en zonas sin centros de distribución, como el norte de Gaza— se opone a participar en la iniciativa y se pronuncia públicamente en contra de ella. Según fuentes israelíes, la ONU ha ralentizado o incluso detenido la distribución de ayuda humanitaria en Gaza en los últimos días.
Para facilitar la capacidad de la ONU para recoger y distribuir la ayuda, recientemente se han tenido reuniones conjuntas con representantes de las FDI y del COGAT para coordinar las rutas de tráfico, aumentar el número de conductores y proporcionar apoyo logístico.
Desde la reanudación de la entrada de camiones humanitarios en Gaza, antes de la puesta en marcha de los nuevos centros de distribución en el marco de la operación «Espadas de Gedeón», se han inspeccionado 760 camiones de ayuda en el paso fronterizo de Kerem Shalom. De ellos, sólo 238 fueron recogidos por organismos de las Naciones Unidas. La mayoría del resto, 135 camiones, fueron saqueados, principalmente por civiles de Gaza y clanes armados. A fecha de esta semana, más de 550 camiones se encuentran en el lado palestino del paso fronterizo, a la espera de que las Naciones Unidas los recojan y distribuyan, lo que se ha visto paralizado debido a problemas operativos, saqueos y la escasa motivación de los representantes de las Naciones Unidas tras la puesta en marcha del nuevo mecanismo de distribución.
Un alto funcionario de seguridad israelí dijo: «Se ha roto la barrera del miedo de manos de Hamás. Hamás ha intentado repetidamente quebrantar la voluntad de la población y resistirse al plan de distribución tanto en Internet como públicamente, en un esfuerzo por mantener su control sobre el suministro de alimentos y, por extensión, sobre los residentes de Gaza. Pero los residentes han votado con los pies, inundando los centros de distribución y rompiendo una parte fundamental del control gubernamental de Hamás».
El funcionario añadió: «Hay muchos elementos dentro de Hamás y entre ciertas organizaciones de la ONU que buscan difamar y sabotear el plan de distribución de ayuda a través de estos centros. Los dos grupos comparten una narrativa y un objetivo: preservar el control político y económico de Hamás sobre la distribución de la ayuda. Pero hay primeros indicios de éxito en esta nueva estrategia y modelo, que podría marcar un punto de inflexión. Los centros de distribución son un éxito extraordinario, que representan un proceso de aprendizaje y adaptación constantes. Mientras tanto, los actores de Gaza y Hamás están tratando de sembrar el caos y perturbar la iniciativa para socavar nuestras acciones y crear una narrativa falsa».

Itay es corresponsal militar de KAN 11.

Carmela Menashe is military reporter on IDF issues for KAN 11.